domingo, 16 de enero de 2011

Recreateoficial:Meningococcemia (enterate de que se trata)




  El púrpura fulminante, o meningococcemia, es una enfermedad generada por varios tipos de meningococo (Neisseria meningitidis), habitante frecuente de la nariz y la garganta de los individuos sanos. La meningococcemia ocurre cuando el meningococo invade el torrente sanguíneo.

Cuadro clínico:

  Por lo general hay sangrado dentro de la piel (petequias y púrpura) y el tejido de esas áreas puede morir (tornarse necrótico o gangrenoso). Si el paciente sobrevive, las áreas sanan dejando cicatrices.

Tratamiento:


  El tratamiento se dirige a sostener las funciones vitales que fallan (circulación, respiración, función renal, cerebral), y se combate su progresión con antibióticos tales como ampicilina, cefalosporinas o aminoglucósidos buscando cubrir Haemophilus influenzae, Neisseria meningitidis, entre otros.


Prevención:


  Existen 2 tipos de vacuna, que combinan protección para grupos diferentes de meningococo. Una de ellas, la vacuna francesa, protege contra los meningococos del grupo A y C. La otra, la vacuna cubana, protege contra la enfermedad producida por meningococos B y C.
   Existen grandes controversias con respecto a la utilidad de las vacunas. Si bien no ofrecen el 100% de cobertura, son, por el momento, la única protección con que se cuenta. Se recomienda en todos los casos, consultar con el pediatra o médico tratante, que seguramente tendrá una opinión atendible con respecto a cada paciente.


Pronóstico:

 Afortunadamente la mayoría de los casos de meningitis meningocóccica logran una curación satisfactoria con un tratamiento adecuado. En algunos casos la meningitis meningocóccica y, sobre todo, la sepsisPúrpura Fulminante) evolucionan fatalmente. La enfermedad puede presentarse como meningitis, o meningococcemia fulminante. Esta última presentación es la forma más grave. Es más frecuente en los niños que en los adultos. En pocas horas, un niño que estaba sano, instala fiebre, decaimiento, aparecen manchas violáceas en la piel, y la enfermedad progresa rápidamente al fallo de la circulación, depresión de la función cardíaca, con caída de la presión arterial, mala llegada de la sangre a los diferentes órganos, fallo respiratorio, fallo renal, trastornos de la coagulación, hemorragias, convulsiones, coma, y desequilibrios del metabolismo; todo esto de tal magnitud, que la muerte puede producirse en pocas horas. En un niño febril, la aparición en la piel de petequias (pequeñas manchas violáceas), que rápidamente se extienden por todo el cuerpo y el tejido de esas áreas puede morir (tornarse necrótico o gangrenoso). Si el paciente sobrevive, las áreas sanan dejando cicatrices.
  Existen otras enfermedades que se acompañan de fiebre y púrpura, como es el caso de algunas virosis. No son graves. Pero hasta estar seguros del diagnóstico, la meningococcemia debe temerse y descartarse siempre.